La Línea de Fuego

Los hombres que legislaban sobre los cuerpos de las mujeres

El pasado martes, el partido naranja, encabezado por Albert Rivera, presentaba en el Congreso de los Diputados su proyecto de ley para legalizar la gestación subrogada en España. Un proyecto de ley que él considera «altruista y garantista».

Este proyecto contempla una serie de requisitos para las mujeres que quieran ser gestantes. Deberán ser mayores de 25 años, tener una situación económica estable, no podrán ser gestantes más de dos veces y, además, deben haber parido un hijo sano con anterioridad.

Como vemos, estos estandartes de calidad resultan extraños cuando estamos hablando de personas. El punto que parece realmente denigrante para la mujer es el hecho de haber parido un hijo sano con anterioridad. Se quiere probar aquí la capacidad gestante de la mujer, como si de una maquina se tratase, cuando, aunque la mujer haya parido un hijo sano, si el material genético de los progenitores que ha sido implantado en su útero tiene alguna deficiencia, es posible que el feto no se desarrolle correctamente y esto no tendría nada que ver con la «calidad» de la madre como gestante.

Por otro lado, ¿qué es una situación económica estable?, ¿cobrar el salario mínimo interprofesional? La ley que promueve Ciudadanos quiere ser altruista pero no lo consigue pues aunque se supone que las mujeres no recibirán un «sueldo» por su labor como gestantes sí que recibirán una compensación económica por las molestias causadas por el embarazo. Esa compensación recae sobre los padres y es aquí donde se abre la puerta a pagar más o menos dinero, un mayor o un menor sueldo.

Al margen de todos los problemas éticos y morales que presenta esta ley, no solo por el riesgo de mercantilizar, aún más si cabe, los cuerpos de las mujeres, sino también por el hecho de si es ético alquilar una parte de tu cuerpo. Resulta realmente horrible cómo se está debatiendo este asunto. Hombres, políticos que desde sus sillones de poder se atreven a legislar sobre los cuerpos de las mujeres, sobre los úteros de las mismas.

Ardía Twitter cuando un diputado de Ciudadanos comparaba el derecho a decidir sobre tu útero cuando quieres abortar con el derecho a decidir si quieres gestar el hijo de otros. Mezclaba aquí este diputado las churras con las merinas pues, mientras que el aborto es una decisión personal de las mujeres relacionada con su libre sexualidad y sin aportar ningún beneficio (y menos económico) más que el de poder decidir sobre tu propio cuerpo, la gestación subrogada pone a mujeres que estén al borde de la pobreza, sino en ella, a alquilar una parte de su útero para poder conseguir algo de «dinero fácil». Cuando en esta sociedad capitalista se necesita dinero, las decisiones dejan de ser «libres».

No contento con esto, cuando una mujer le contestaba en la misma red social que, en cualquier caso, él, como hombre, no tenía cuerpo ni para abortar ni para gestar, este amable diputado recordaba a todas las mujeres que él, precisamente por ser hombre, tenía cuerpo para legislar sobre los nuestros.

El problema de todo se encuentra aquí, cuando de nuevo los hombres quieren legislar sobre los cuerpos de las mujeres sin preguntarles a ellas. Se vuelve a presuponer la bondad y el altruismo de las mujeres, eternas cuidadoras, que ahora decidirán pasarse nueve meses gestando el hijo de algunos desconocidos, ya que la ley prohíbe que haya lazos familiares entre los padres y la mujer gestante.

Además, Ciudadanos muestra su cara más neoliberal apoyando esta ley que quiere garantizar que los deseos de unos padres se conviertan en derechos, pasando por encima el cuerpo de las mujeres. Desear algo no te da derecho a tenerlo, menos aún cuando para conseguirlo tienes que utilizar el cuerpo de una mujer, menos aún cuando quieres legislar el uso de los úteros de las mujeres desde tu posición de hombre privilegiado.