La Línea de Fuego

The Runaways: hard-rock minusvalorado

Ford, Jett y Currie con Robert Plant, de Led Zeppelin.

A mediados de los años 70, con el panorama del rock & roll dominado por Led Zeppelin y otros grandes grupos, surge la primera banda enteramente femenina que llega a tener verdadero éxito: The Runaways. De corta vida (apenas cinco años), fue un grupo pionero que abrió el camino para los grupos del movimiento riot, los grupos punks, de formación más heterogénea, y para normalizar el ver a una chica con una guitarra en mano.

Volvamos hacia atrás en el tiempo. En 1975, Joan Jett (guitarrista) y Sandy West (batería) se unen con la intención de buscar otras chicas con las que formar un grupo. Poco después se les unirían Lita Ford (guitarrista) y Cherie Currie (cantante), ambas todavía menores de edad, y la formación se completó con Jackie Fox al bajo.

Eran cinco chicas que tocaban rock & roll con una gran pericia técnica, sin ninguna atadura y que en sus conciertos desprendían confianza y cariño hacia sus fans. Ahora nos parece normal, pero en los maravillosos 70, tan prolíficos cultural y sobre todo musicalmente, tan libres, se encontraron con el masculino mundo del rock, donde desde los grupos hasta las discográficas y los clubes donde se tocaba estaban compuestos y liderados por hombres.

Sin embargo, la industria musical pronto se daría cuenta de que no eran cinco niñas que jugaban al rock & roll. Lita Ford está entre las listas de mejores guitarristas de la historia (aquellas listas hechas por personas a las que se les ocurre que las mujeres también tocan la guitarra) y la batería de Sandy West no tiene nada que envidiar a la de Tommy Ramone; el carisma de Joan Jett hizo el resto y muy pronto se hicieron muy conocidas. Las chicas encontraron en ellas un modelo a seguir y una inspiración y la industria se frotaba las manos ante una banda exclusivamente compuesta por mujeres.

Pero, claro está, no fueron lo suficientemente reconocidas. En sus inicios quedaron reducidas a teloneras (eso sí, de grupos como Van Halen) y a conciertos en pequeñas salas; después de todo, eran mujeres y eran muy jóvenes. Su álbum debut, The Runaways, publicado en 1976, en el que se encontraba los famosos Cherry Bomb y You Drive Me Wild, les permitió salir de gira por Estados Unidos, y después de su segundo disco, Queens of Noise (1977), algo más punk que el primero, pudieron dar otra gira por varios países europeos, Australia y Japón. En ese momento estallaba el boom del punk tanto en Inglaterra como en Estados Unidos (Sex Pistols, Ramones, Patti Smith, The Clash, The Stooges y un largo etc.), y quizá eso las influyó y las terminó de encumbrar. Sin embargo, sus canciones siempre tuvieron alma hard rock; Lita Ford y Sandy West se encargaban de ello en los últimos discos.

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Ford, Jett y Currie con Robert Plant, de Led Zeppelin.

En 1979 se separaban definitivamente tras varios cambios en la formación original. Las malas lenguas dicen que las peleas entre ellas, tanto por cuestiones de la banda como personales, eran continuas y que su manager, Kim Fowley, tuvo mucho que ver. Sea como fuese, el frenético ritmo de giras y conciertos pudo con ellas.

Pese a su escaso reconocimiento, dejaron un legado que sirvió para que otras mujeres dieran el paso y se atrevieran a formar grupos o a integrarse en un mundo tradicionalmente masculino, y es más: la imagen que hemos tenido en el imaginario colectivo de la chica rockera ha sido durante mucho tiempo la de Joan Jett.

 

En 2010, el grupo volvió a pantallas y páginas gracias a la película The Runaways, basada en el libro autobiográfico de Cherie Currie y protagonizada por Kristen Stewart y Dakota Fanning. La música de la banda experimentó un inesperado renacer, y gracias en parte a la película, se les dio el reconocimiento que merecían, como músicos y como pioneras.