La Línea de Fuego

Las voces femeninas de la nueva literatura española

Decía Virginia Woolf que las mujeres se sienten más cómodas y tocadas por lo escrito por una mujer que por un hombre. No sé si estoy totalmente de acuerdo, pero sí es cierto que la mirada femenina es distinta. La nueva narrativa española está liderada por voces femeninas que retratan nuestra sociedad y nuestras relaciones con una lucidez deliciosa, que viene de la propia experiencia. En lugar de mirar hacia los referentes que parecen tener más éxito en el panorama literario actual, como pueden ser Bukowski o Cortázar, ellas toman como modelo a los grandes escritores de siempre, como Galdós,  Ana María Matute y Carmen Martín Gaite.

Especialmente deudora de la última es una de las mejores y más jóvenes escritoras de nuestro país: Jenn Díaz. No llega a los 30 años y ya cuenta con cinco novelas en su haber, en las que se introduce en historias cotidianas para hacerlas grandes. Medios, expertos y escritores la han bautizado como “la nueva Martín Gaite”, y ella misma reconoce tener a esta y a Matute como a “una tía o una madrina”. En las historias de Jenn Díaz la mujer y sobre todo la madre tiene una presencia central; por eso es una voz femenina de referencia en estos momentos en los que algunos conceptos se cuestionan hasta la saciedad.

Sara Mesa, vía rtve.es

Sara Mesa, vía rtve.es

Díaz comparte generación con otra joven escritora muy alabada: Sara Mesa. Su fuerte reside en que retrata las relaciones (no sólo las amorosas) en nuestra sociedad actual con una lucidez descarnada que recuerda a la Nobel Alice Munro, maestra del relato corto y de la que ella misma ha dicho que aprendió que “la grandeza también puede anidar en lo cotidiano”. De hecho, es en el relato donde Mesa afirma encontrarse más cómoda, aunque fue con su novela Cicatriz, que habla desde las entrañas de un amor tóxico, con la que se consolidó. Mesa, como Alice Munro, busca en el día a día esos detalles que parecen destellos y que hacen que la vida sea menos dura, a la vez que dota a sus historias de una realidad apabullante. Tal vez por eso es en el relato donde se luce más; incluso ella misma dice que si algún día escribe algo muy bueno será en el ámbito del cuento.

Otra de nuestras escritoras más actuales, Pilar Adón, también domina eso del relato corto. Adón escribe, en sus propias palabras, “sobre el aislamiento, la huida y los lugares en que se aíslan sus personajes”; sobre los límites a los que llega la persona cuando se siente sola. Marta Sanz, coetánea suya y de actualidad este año por su novela Farándula, aborda sus libros desde otro punto: el de la observadora que describe de forma brutal. «Igual que hay cosas dentro de mi literatura que sí que puedo racionalizar y sé por qué quiero contarlas y de qué manera, también hay imágenes, hay expresiones, que no sabría explicar por qué surgen», señalaba en una entrevista para Jot Down.

Cristina Morales, por Javier González López, vía el blog Mujeres (El País).

Cristina Morales, por Javier González López, vía el blog Mujeres (El País).

En el otro punto de esta particular red literaria, se encuentra Cristina Morales. Es la más controvertida de las que nos ocupan y la más punk. Le interesa, en sus propias palabras, el juego de la moral, sus límites. Su Malas palabras recrea un ficticio diario personal de santa Teresa, alejado de los tópicos que han rodeado siempre a la figura de esta monja. Ya su primer trabajo, Los combatientes, fue recibido con asombro: Morales puso su talento al servicio de una historia sobre una asamblea de indignados, con elementos sorprendentes en el texto.

Esta generación de voces femeninas distintas y lúcidas nos hace creer de nuevo en la literatura; es más, en la literatura española. Si en un futuro próximo está liderada por estas escritoras, las letras españolas no están perdidas.