La Línea de Fuego

La mamá grande de la literatura

Por Citlali Rubio

Qué sería de nosotros lectores sin ella, qué sería de ellos, autores, sin ella, qué sería de la cultura hispanoamericana sin ella. Me gusta creer en el destino, en que hay personas que nacieron con una misión bastante clara, personas que se salen de lo normal. Sé que suena épico.

Esta es la historia de una mujer que rompió las reglas del juego, que se metió entre el editor y el autor, para defender a este último. Que se lanzó a las Américas, como si de la conquista se tratase para sacarlos de sus Macondos y presentárselos al mundo.

Comenzó con la traducción de autores extranjeros allá por los años 60 para terminar siendo la agente literaria más famosa del mundo de las letras hispanas: Carmen Balcells, la mujer que hizo famoso a García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar y muchos más.

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Carmen, cuánto te debo, un gracias no bastará para agradecer todo lo que hiciste por mí como lectora. Gracias por traerlos al alcance de todos. Quizás las gracias deberían ir para quienes escriben, para quienes están detrás de los grandes títulos, pero quizás sin ella se hubieran quedado en el abismo, no pasarían de ser buenos cronistas en diarios regionales o autores encerrados en una pequeña parcela del mundo. Por eso es que me gusta creer en el destino.

Balcells empezó su carrera como corresponsal de la agencia literaria ACER en Barcelona, para al poco tiempo fundar la suya propia. Una mujer en un mundo predominantemente masculino, marcado por los abusos editoriales y por escritores que rara vez podían vivir de sus letras.

Es el mejor ejemplo de la figura de agente, una figura que surge en la industria literaria en el s.XIX, encabezada por William Ernest Henley, que será de los primeros. Se rompe así  la santísima trinidad entre autor, librero y editor. El agente se va a meter por medio y en la mayoría de ocasiones va a hacer enfadar al editor, acostumbrado a hacer lo que quería y a salirse con las suyas.

Ella misma perpetuó el mito que hay tras su figura, fue una fiera en los negocios, hizo de madre, amiga, consejera, incluso de familia para aquellos autores que dejaron atrás su tierra y se instalaron en la Barcelona de los años 70. Un momento que no volverá a repetirse.

Gracias a ella, salieron a la luz grandes obras y fue ella la que llegó a pedir hasta 10 millones de dólares por El general en su laberinto de García Márquez, una cifra que, como confesaría el autor tiempo después, nunca llegó a imaginar que pagarían por uno de sus libros.

La que empezara traduciendo a algunos pocos, representa hoy a más de 300 autores de renombre, liderando las letras castellanas y en concreto latinoamericanas. Entre los derechos que gestiona su agencia cuenta con seis premios Nobel y lo mejor de la literatura en castellano de los últimos 50 años. Hoy, siete meses después de su muerte y tras dos años bajo la dirección de Guillem d’Efak, la agencia que ha hecho historia está en manos de su hijo, Lluís Miquel Palomares Balcells. Es prematuro para juzgar, pero tiene el listón muy alto y todas las expectativas sobre él. Lo malo de heredar las profesiones de los padres, y más aun cuando han conseguido el reconocimiento mundial, como es el caso, es nunca estar a la altura.

Este Día del Libro de 2016 es el primero que la mamá grande no estará.

Carmen Balcells (1930-2015) fue la agente literaria más importante de las letras en español. Catalana de nacimiento comenzó su carrera traduciendo, para luego establecer su propia agencia. Es famosa por representar a casi todo el “boom” de Latino américa y a seis premios nobel. Falleció el 20 de septiembre de 2015 en su casa de Barcelona.