La Línea de Fuego

Una caza de brujas con nombre y apellidos

Por Marina Corredor

La jueza Esther Arranz-Cuesta emitió el pasado 18 de marzo la sentencia del juicio celebrado contra Rita Maestre por su participación hace cinco años en una protesta en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid. Una multa de 4.320€ ha sido el precio que va a tener que pagar la portavoz del Ayuntamiento de Madrid por participar en una protesta universitaria.

En perspectiva, y analizando la sentencia, hay cosas que descuadran: si no está probado que Rita Maestre gritara ninguna de las consignas dichas en la capilla, ni ninguna de las personas que leyó el manifiesto, ni que portó carteles… ¿Por qué entonces se le coloca como coautora de los hechos? ¿Y por qué Héctor Meleiro, el otro acusado, ha sido absuelto si quedó claro que sólo entró en la capilla y no profirió ninguna de las consignas? ¿Por qué Maestre es la única juzgada sentenciada? La respuesta es simple: por ser parte del equipo que está recuperando Madrid.

No se ha tenido en cuenta que se disculpó públicamente en el juicio, ni que el Arzobispo de Madrid tomase esas disculpas como buenas. No se ha tenido en cuenta que fue un hecho ocurrido 4 años atrás y que se sacó convenientemente del cajón de las causas pendientes para intentar manchar el nombre del Ayuntamiento de Madrid. Ha sido un juicio político que lo que buscaba era tirar el gobierno de Manuela Carmena en Madrid.

La condena es injusta, fuera de lugar y de tiempo, que sólo tiene una intención: forzar la dimisión de Maestre para seguir perjudicando al Ayuntamiento. Exactamente el mismo caso que el de Guillermo Zapata, donde la Audiencia Nacional ha declarado que esos tuits no menosprecian a las víctimas del terrorismo ni las humilla. Son cortinas de humo creadas por aquellos que se han lucrado y pervertido las instituciones para señalar a los que intentan arreglar el desastre que ha dejado la corrupción en Madrid y ponerles el sambenito de “imputados”, y por ende, poder gritar por todos los medios de comunicación su deseo que Rita Maestre presente su dimisión.

rita maestre sentencia

La sentencia es contundente, y sonrojante. Imagen de Mateo Balín (@mateobalin).

Mientras el PP sigue clamando por la dimisión de Maestre, su Rita sigue aforada, parapetada en su casa, negando que ella fuese la cabecilla de la corrupción en Valencia. Ellos siguen ocultando y quitándole importancia a sus casos de corrupción; muchos, muy variados y distribuidos a lo largo y ancho de la Península. Siguen quitándole importancia a la Púnica, a Taula, a Bárcenas, mientras claman e inventan corruptelas contra el resto de partidos, buscando cualquier pequeño resquicio de suciedad en los demás para intentar tapar la basura de su vertedero.

Una vez más se ha conseguido que la injusticia sea la ganadora.