La Línea de Fuego

Mi manifiesto feminista

Muchos se preguntarán por qué es necesaria una sección sobre feminismo en pleno siglo XXI. La gran mayoría de la población cree que la igualdad ya es un hecho y que las feministas somos una especie de radicales que quieren la supremacía de las hembras sobre los machos, dominar el mundo o algo así. Tranquilos, yo les explicaré por qué es necesario.

No esperen encontrar en este artículo un manifiesto al uso. No voy a hacer una lista de los puntos que designan lo qué es el Feminismo para mí ni por qué es necesario. Por el contrario, será un cúmulo de ideas que revolotean por mi mente constantemente y nunca me abandonan.

Al igual que la mayoría, yo también creía que la igualdad ya era un hecho, al menos en nuestro querido Occidente. Todo cambió el día en que, más por suerte que por otra cosa, acabé en una clase de la facultad de Ciencias de la Información llamada «Comunicación y Género» que tiró por tierra todas mis creencias sobre la igualdad.

Fue ahí cuando empecé a darme cuenta de todas las desigualdades que esconde nuestra sociedad, como por ejemplo que hombres y mujeres no cobran lo mismo, que a las mujeres se las sigue valorando más por el aspecto físico que por su inteligencia, que la «caballerosidad» que nos han vendido como romántica no es más que un instrumento de control del patriarcado. Sí, porque vivimos en un patriarcado donde la palabra “Feminismo” molesta y, sobre todo, te das cuenta de que hay muchas mujeres que no se consideran feministas porque «a ellas les gustan los hombres», como si todas las feministas tuviéramos que ser lesbianas u odiar a los hombres por definición.

Ahora, cuando ya he entendido lo necesario que es el Feminismo, me paso el día analizando las pequeñas muestras de poder que ejerce el patriarcado en nuestro día a día.

Aviso a todos aquellos que quieran sumarse a este maravilloso movimiento que va a ser duro. Mucha gente pensará que son radicales, tendrán que evitar conversaciones banales de esas que perpetúan los roles de género o discutir con sus interlocutores cada dos palabras. Además, prepárense para que la cultura tampoco les acompañe: la mayoría de libros y películas que triunfan en las listas de ventas o en el cine, no se adecuarán a su nuevo pensamiento.

Ser feminista es complicado, queridos, pero merece la pena.