La Línea de Fuego

Bala Perdida, una apuesta editorial distinta por la Literatura

Por Carmen Sánchez y Alaia Rotaeche

En estos tiempos que corren de incertidumbre continua y donde nadie apuesta por lo genuino y lo original, lanzarte prácticamente al vacío con tu propio negocio es algo prácticamente impensable. Pero es lo que ha hecho Lorena Carbajo, que tras pasar por varias editoriales y el Instituto Cervantes ha decidido que es hora de apostar por esos sueños que a todos nos rondan en la cabeza alguna vez.

En su caso, su proyecto es la editorial Bala Perdida, un sello que busca aunar a todos esos que alguna vez nos hemos sentido fuera de lugar en la maraña de la sociedad. «Aparte de las obras, me interesa el autor que hace las cosas diferentes a lo que le dicta la sociedad. Mi primer pensamiento a la hora de lanzar el proyecto fue Cervantes, que era un bala perdida dentro de su sociedad, ¿pero a quién recordamos? ¿Qué libro se sigue leyendo? El Quijote, que también va de un bala perdida…», nos cuenta Lorena.

«Me traen manuscritos, pero quiero que los autores me cuenten su vida. No escribe igual un chaval que está pasando frío en León o un refugiado sirio que alguien que está de vacaciones en Benidorm. Es una visión romántica, por eso somos los románticos del siglo XXI. Busco autores que hagan cosas diferentes, gente valiente», explica. Por eso sus primeros títulos están dedicados a este tipo de autores. Hoy mismo presentan en la librería Enclave el poemario Todos escriben sobre el amor menos tú, de Abdul Hadi Sadoun, un refugiado iraquí asentado en España desde 1993, escritor, editor e hispanista que tiene muchas cosas que decir.

Lorena Carbajo en su despacho de la editorial Bala Perdida.

Otro de los intereses de la editorial es crear una comunidad en torno a esas «balas perdidas». «Todos lo hemos sido alguna vez, o al menos hay gente que se ha atrevido a serlo. Me interesa esa gente. Yo me he sentido una bala perdida, me crié en un sitio super provinciano y era una tía muy diferente, y no renuncié a serlo. Soy quien soy y siento de esta manera y ya está. Me interesa la gente que tenga sensibilidad y se atreva a decir que la tiene».

Para Carbajo, estamos viviendo momentos decisivos en la historia, donde especialmente la generación más joven está abocada a pasarlo mal, a verse sin un futuro y tener que buscarlo. En este panorama han nacido voces que necesitan un eco que no está dispuesto a darles editoriales de un calibre mayor. Esa es la función de Bala Perdida. «Yo quiero ayudar a esa gente que no va a ayudar Planeta», afirma. «Envidio los recursos de las editoriales grandes, pero a nivel de llevar el libro no me dan ninguna envidia. Porque los editores deciden, pero se quedan ahí. Yo acompaño mucho más al libro de lo que lo hace una editorial grande. Por eso quería una editorial pequeña y con pocos títulos. Al final quien mucho abarca, poco aprieta».

En ese eje se mueve también el público al que van dirigidos los títulos de la editorial, a gente con otro tipo de inquietudes y que se sientan identificados con este tipo de Literatura, con un corte más humanista, a los que les pueda remover algo por dentro lo que tienen que decir los autores de Bala Perdida.

Portada del libro de Abdul Hadi Sadoum.

Sin embargo, dentro del panorama esperanzador que lanza el que alguien se atreva a autoemplearse y montar su propio negocio, con todo lo que eso conlleva, encontramos un mundo difícil en el que la creación a menudo se ve diezmada. En el caso de Lorena, asegura que las instituciones poco o nada hacen para que los pequeños empresarios, en especial en el mundo editorial, tan tradicionalmente encorsetado, puedan salir a la luz. «El tema está fatal, pero no por eso voy a dejar de hacer lo que me gusta», dice.

En este sentido, la clave para una editorial pequeña se encuentra en rodearse de los mejores, de gente que comparte inquietudes, maneras de ver la vida y de trabajar. En este caso, Lorena ha optado por no comercializar sus títulos a través de Amazon y abogar por las pequeñas librerías y los pequeños distribuidores, donde el trato siempre va a ser distinto tanto para la editorial como para los lectores y, además, no perjudica a las pequeñas empresas que buscan salir a flote en un mundo de ventas frenéticas.

Como complemento a los servicios editoriales, Bala Perdida también lanzará una serie de cursos y talleres que acerquen al público a la literatura en la misma sede de la editorial. Por ejemplo, próximamente tendrá lugar un encuentro para hablar de Cervantes, con el profesor y escritor José Manuel Lucía, un experto sobre el tema, en el que se tratará de unir la vida y obra de célebre escritor y dar un paso más allá en la lectura y en la Literatura. Carbajo tiene pensado que haya más autores sobre los que hablar, como Larra o Poe, siempre  con ese factor común de la figura del escritor como marginado y personaje perdido. Estos talleres se harán los últimos sábados de cada mes y constituyen otra manera más de darle una vuelta de tuerca al sector editorial, compartiendo visiones y opiniones sobre quienes nos hacen removernos con sus letras.

A partir de este momento, con las balas disparadas y otras tantas en la recámara, Lorena Carbajo sabe que el camino sigue siendo difícil, encontrar su lugar y sostenerse entre tantas editoriales que pueblan el panorama actual. Pero si alguna certeza tenemos dentro del caos es que nos quedan balas perdidas para rato. Y menos mal.