La Línea de Fuego

Star Wars: Episodio VIII: Abajo los ‘haters’ (SPOILERS)

Imagen promocional de la película, vía elportal.com.do.

Por Alaia Rotaeche (@aL_rc)

El octavo episodio de la saga de culto Star Wars ha despertado tantas pasiones como odios. Vale la pena señalar que, ante películas de este tipo, que ya forman parte del corazón de la cultura popular, siempre hay opiniones encontradas, y sobre todo siempre hay dos tipos de valoraciones: el seguidor ciego al que le encanta y el seguidor ciego que la detesta, y estos dos tipos se pelean sin descanso cuando se estrenan films de este corte. Son opiniones válidas, por supuesto.

El Episodio VII nos dejó algo fríos (o a mí al menos), aunque es solvente visualmente (esos planos de las naves, esos Stormtroopers 2.0, BB8…) y los personajes, en general, convencen. Hay que tener en cuenta varias cosas que los “haters” nunca tienen en cuenta: que la primera entrega de las trilogías siempre se destina a presentar el conflicto y a los personajes, que no pueden estar todas las películas protagonizadas por Luke Skywalker (ni siquiera es el personaje más carismático de la saga, ¡superadlo, por favor!) y que no estamos en los 80 ni en los 2000 (y eso que también pusieron bien a parir las precuelas, por cierto).

Pero vayamos a lo que nos ocupa: el Episodio VIII: Los últimos Jedi. Quizá peco de entusiasta porque Adam Driver me parece un actor imponente e infravalorado, pero su Kylo Ren (al que aun así creo que podían sacarle más jugo y cuyo guión le desmerece) es convincente, es odiado y amado a partes iguales, el espectador le quiere matar pero a la vez le quiere llevar a su casa a decirle “Ya pasó”. Si en el Episodio VII Kylo Ren, salvo la escena con Han Solo y poco más, pasaba sin pena ni gloria, en esta Driver está espectacular.

Si con Kylo Ren han creado el antihéroe que creo que necesitaba la saga en estas nuevas entregas, también con Rey han creado una heroína a la altura y probablemente una de las mejores duplas de toda la saga. La fuerza les conecta y ambos están entre la oscuridad y la luz, y es un elemento ambigüo interesante que explorar. Aquí entra otro punto que todos al salir del cine discutimos: ¿es cierto que Snoke les manipulaba las mentes para que creyeran que estaban conectados o realmente la fuerza les conecta? Yo me inclino por la segunda opción; es más interesante.

La relación entre Kylo Ren y Rey, su conexión y su historia, pero también la estética de la película al completo,  tiene las justas referencias a las historias anteriores y la justa novedad para que el punto fuerte de la nueva trilogía sea ese: la combinación perfecta entre nostalgia y modernidad.

Creo que Daisy Ridley cumple con su personaje, aunque a mí personalmente no me entusiasme, y en las escenas que tiene con Driver sale perdiendo porque este se la come en pantalla. Sin embargo, también tenemos que ser sinceros, y decir que en cuanto al nivel de los actores, ni Mark Hamill ni Hayden Christensen (por poner dos ejemplos dispares) eran actorazos, pero no nos importa porque Star Wars juega en otra liga.

No obstante, con Rey alcanzamos el otro punto fuerte de la nueva trilogía: la cantidad de personajes femeninos y empoderados que pueblan la película. Por supuesto, Rey es la principal, pero Rose, Leia, Phasma o la vicealmirante Holdo (esa actriz, ese personaje… Impresionante) le dan a la película una pátina que se agradece; porque Leia era una heroína en la trilogía original, pero su personaje seguía tintado de estereotipos clásicos, y de Padme en La venganza de los Sith mejor ni hablemos.

En cuanto a personajes secundarios, Poe Dameron se lleva la palma, en su versión renovada y tampoco calcada de Han Solo; porque todas las películas de Star Wars necesitan un buen piloto que nos lleve con él, y Oscar Isaac da el pego perfectamente. Finn y Rose, sinceramente, me parecen más olvidables, pero así y todo uno sufre con ellos. Pero es que, ¿con quién no se sufre en esta saga?

Otro punto controvertido de la película es el papel de Luke en la historia. Su desaparición recuerda a las de Yoda y  Obi-Wan cada una en su momento y (aunque parece ser que Mark Hamill no está muy convencido con el rumbo de la nueva trilogía) no creo que dejen eso al azar en futuras entregas. A mí, personalmente, el enfrentamiento entre Skywalker y Kylo Ren me parecía necesario y en la línea del cierre de círculos al que nos tiene acostumbrados la saga, y que es uno de sus rasgos especiales.

En definitiva, que una ya se pierde: no voy a hablar de aspectos técnicos porque no entiendo, pero sí de aspectos emocionales. La película tiene algunas “sobradas” y elementos gratuitos (como el retorno de Leia a la nave, el personaje de Benicio del Toro (WTF?), el plan de Finn y Rose y la actitud de Poe  durante toda la película, muy en la línea de Solo intentando salvarlo todo en el último minuto), pero aquí una salió del cine emocionada, porque me apasionan los héroes que no lo son y los villanos que no lo son, porque no hay nada que me guste más de Star Wars que las buenas batallas con cazas del Imperio (ahora de la Primera Orden) y con sus buenos luchadores de la Resistencia inmolándose, porque es emocionante ver a Carrie Fisher en su última película, porque Chewbacca sigue molando como el que más… y porque nos seguimos emocionando cuando desenfundan los sables y se oye el zzzuuum tan característico. Abajo los haters, he dicho.