La Línea de Fuego

Mis libros de 2017

Como cada fin de año me gusta hacer balance de los libros que he leído, me gusta ver la lista y examinar, autoras, títulos y compararla con la de años anteriores. Este año he decidido que quería compartir los 12 libros que han marcado este 2017, uno por cada mes, cada uno representa un momento concreto de este año. De nuevo, todas mis lecturas han sido de mujeres escritoras.

Enero: Campoamor, Clara: El voto femenino y yo. Mi pecado mortal. Leí este libro por trabajo pero, como era de esperar, terminó convirtiéndose en placer. Este libro son las memorias de Clara Campoamor, en él nos cuenta cómo fue el proceso de lucha por el voto femenino. También nos cuenta como consiguió su escaño de diputada en el Congreso, como pudo participar en la elaboración de los artículos de la Constitución. Para después contarnos con asombro como fueron los hombres de izquierdas, sus compañeros de partido, los que más se opusieron a que las mujeres consiguieran el voto. De este libro me llevo uno de los mejores conceptos que he leído nunca, el de histerismo masculino, cuenta Clara que cuando se aprobó en el Congreso el voto femenino aquel 1 de octubre de 1931 se convirtió en el día del histerismo masculino: el primero de octubre fue el gran día del histerismo masculino, dentro y fuera del Parlamento […] Nunca habíamos visto escapada más voluminosa y menos controlada de la nerviosidad e irritación masculinas […], de ese
desconocimiento masculino de la mujer.”

Cuando lees el libro llegas a comprender todo lo que Clara Campoamor tuvo que luchar para que las mujeres consiguiéramos el derecho al sufragio. Antes de leerlo me parecía que la lucha para el sufragio femenino en España había sido bastante «fácil» teniendo en cuenta que las sufragistas inglesas realizaron disturbios en las calles e incluso llegaron al suicidio para reclamar este derecho.  Sin embargo, después de leer las memorias de Clara me di cuenta que si bien no tan mediática, la lucha por el sufragio femenino en España no fue fácil. Clara Campoamor tuvo que soportar comentarios de casi todos los partidos políticos, los más duros de sus compañeros. Además, fue culpada del triunfo de la derecha porque según los hombres de izquierdas «las mujeres iban a votar a la derecha». Una mujer que acabó sus días sintiéndose sola, su carrera política terminó con el sufragio femenino pues no volvió a ser elegida diputada. Pero, en ningún momento, se arrepintió de su lucha, de su «pecado mortal».

Febrero: W.I.T.C.H. Comunicados y Hechizos. Este libro es una recopilación de textos publicados por el colectivo feminista W.I.T.C.H., surgido en Chicago al cultivo de los grupos de izquierdas y por la paz. En él, a parte de contarnos la historia del movimiento podemos leer comunicados que las integrantes de este grupo realizaron en diversos actos realmente radicales y rompedores. Las brujas de W.I.T.C.H. realizaban aquelarres vestidas de brujas, lanzaban hechizos y conjuros contra el patriarcado y contra los hombres de izquierda que despreciaban su lucha, también contra el poder establecido. En el libro se pueden leer estos conjuros y hechizos y disfrutar de fotografías originales del grupo en acción.

Estas brujas luchaban contra todo lo establecido, capitalismo, patriarcado, cánones de belleza e instituciones que consideraban represivas para las mujeres como el matrimonio. Realizaron actos de sabotaje en ferias nupciales del estado y revueltas en las que aparecían desnudas mostrando cuerpos femeninos sin depilar, rompiendo con los cánones de belleza. Además, reivindican la figura de la bruja como la de una mujer rebelde que no quiere someterse a las leyes patriarcales: «las mujeres somos la verdadera izquierda. Nos estamos levantando, poderosas en nuestros cuerpos sucios. Con una locura reluciente en nuestros cerebros inferiores. El pelo salvaje volando, los ojos salvajes mirando fijamente, las voces salvajes hablando con agudeza; sin intimidarnos la sangre al tener una hemorragia cada veintiocho días. […] Poder para toda la gente o para nadie. Esta vez, a fondo.»

Marzo: No creas tener derechos del colectivo de la Librería de Mujeres de Milán. Este libro ha sido a partes iguales trabajo y placer, eje central de mi trabajo fin de máster, se dedica a contar la historia, la política y el pensamiento del grupo de mujeres de la Librería de Milán, es decir, las representantes del pensamiento de la diferencia sexual italiano. Un feminismo muy interesante, radical y según en que aspectos, yo diría que hasta peligroso. Estas mujeres plantean la idea de radical de que no quieren la igualdad con los hombres y por tanto no quieren participar en su sistema político porque las mujeres hemos sido excluidas del orden simbólico y obligadas a aceptar un orden que no nos da ni la capacidad para representarnos ni para pensarnos ni para expresarnos.

Dos de las medidas más radical de estas mujeres fueron estar en contra de dos leyes decisivas de la lucha feminista italiana: la del aborto y la ley de violencia sexual. Según ellas, ni el simbólico patriarcal ni por tanto todos sus organos legislativos así como jueces y abogados tienen autoridad para regular estas cuestiones que competen unicamente al sexo femenino. El concepto más bonito del libro es sin duda el de affidamento: «La palabra affidamento es bella, contiene la raíz de palabras como fe, fidelidad, fiarse, confiar. A algunas mujeres no les gusta porque recuerda una relación social que nuestro derecho prevé entre una persona adulta y una criatura. […] Nosotras lo hemos visto y pensado, primordialmente, como forma de relación entre mujeres adultas.»

Abril: Miguel, Luna: El arrecife de las sirenas. El poemario que cierra la trilogía del cuerpo de Luna Miguel y, personalmente, mi favorito. Si algo puede decirse de las obras de Luna Miguel es que reflejan a la perfección distintas etapas de la vida. Este libro es un canto a la maternidad, pero también a los nervios, a la preocupación y a las ganas. Un poemario con el que te da la sensación de que llegas a conocer a su autora. Un poemario que te hace tener ganas de que Hannah nazca, que te transporta a Japón y te hace desear que polillas se choquen contra tu muslo.

«no sé donde lo vi o dónde lo imaginé

pero una tarde cualquiera de agosto

una polilla gris chocó contra mi muslo

y en ese pequeño y preciso instante

tú nacías»

Mayo: Muraro, Luisa: El orden simbólico de la madre. El libro clave de mi trabajo fin de máster, mi biblia durante el pasado curso académico. Mentiría si dijera que este libro no me ha cambiado y que, como me dijeron el tribunal, «parece que al final tú salvas a Muraro». Es verdad que puede que salve a esta escritora, a esta feminista de la diferencia que fue contra todo el paradigma feminista y que tenía razón en parte igual que se equivocaba en otros muchos planteamientos. En esta obra, Muraro realiza un ensayo en torno a la figura de la madre, al orden simbólico femenino (que para ella es el de la madre), a las relaciones entre mujeres y al lenguaje porque para Muraro, madre, orden simbólico y lenguaje forman un todo inseparable porque tu madre te da la vida, la lengua y con ambas puedes hacer orden simbólico porque «la palabra separada de su matriz se seca».

Junio: Plath, Sylvia: Ariel. El último poemario de la joven norteamericana. Sylvia se suicidó cuando estaba terminando Ariel. La crítcia en general coincide en que es la mejor obra de la autora. Sin duda, en ella Sylvia muestra todos sus miedos, la figura del padre ausente, el marido infiel, en definitiva, una obra que deja ver el momento vital de la autora mientras la escribía.  De hecho, en Ariel podemos encontrar Filo, el último poema que escribió la autora el 5 de febrero de 1963, seis días antes de que decidiera subir una bandeja de desayuno a sus hijos y meter la cabeza en el horno y abrir el gas.

«La mujer alcanzó la perfección.

Su cuerpo

muerto muestra la sonrisa de realización;

la apariencia de una necesidad griega»

Julio: Cline, Emma: Las chicas. Si tuviera que elegir un libro de todos los de la lista sin duda sería este. Las chicas ha sido para mi una novela especial. Cline, una joven escritora, es capaz de narrar y describir la dependencia del amor que sentimos las chicas en una novela ambienta en la famosa secta de Charles Manson. Sin embargo, aquí, no se centra en la figura del líder sino en esas chicas que formaron parte de la secta que tenía su sede en el rancho. Me lleve la novela a mis vacaciones de verano en Grecia y estuve tan enganchada que prácticamente me recuerdo leyéndola en todas las cafeterías y en todas las playas en las que estuve. Antes de volver a Madrid, ya había terminado con Las chicas y en mi cabeza seguía resonando esa primera frase con la que comenzó todo: «volví la mirada por las risas y seguí mirando por las chicas.»

Agosto: Husvedt, Siri: El verano sin hombres. Este novela me encantó, aunque conseguí leerla en la segunda oportunidad, el principio me pareció realmente duro y no fui capaz de avanzar el verano anterior. Siri Husvedt hace en esta novela un estudio perfecto del matrimonio, del amor y de las relaciones entre hombres y mujeres. Mía, la protagonista de la historia, se acaba de separar con su marido porque él ha decidido irse con otra, esta mujer sufre una crisis psiquiátrica y debe ser ingresada en el hospital. Cuando sale, decide irse a pasar el verano a la ciudad en la que vive su madre, allí pasa su tiempo dando clases de poesía a chicas adolescentes, reuniéndose con las amigas de su madre y con su joven vecina. Mía pasa todo el verano sin hombres mientras piensa en su vida, en su divorcio, en la amante de su marido y en las diferencias que ha tenido con Boris, su marido, durante todo el matrimonio. Husvedt es capaz de meter entre la historia argumentos feministas de los que se te quedan grabados.

Septiembre: Atwood, Margaret: El cuento de la criada. Esta novela ha sido re-descubierta gracias a la adaptación de la misma que hizo HBO. La novela de ciencia ficción plantea un futuro distópico en el que las mujeres han perdido todos sus derechos y las que no son esposas de los hombres poderosos son sirvientas en sus casas y criadas, es decir, mujeres jovenes que son vistas como úteros andantes. Su única función en la vida es dar hijos a las familias poderosas, sus libertades ya no existen. No pueden leer ni salir a la calle a no ser que sea para ir al médico o al mercado.

Sin duda lo realmente curioso de esta novela es que las distopías se caracterizan por no haber sucedido, son viables pero no históricas. Sin embargo, todas las leyes que aparecen en esta novela existen o han existido en la historia de la humanidad. Con esto Margaret Atwood pone de manifiesto que todos los derechos que hemos ganado las mujeres podemos perderlos y que, por tanto, debemos seguir en la lucha feminista para no dar pasos atrás como sociedades.

Octubre: Wander, Maxie: Buenos días, guapa. Este libro es una recopilación de 19 a entrevistas a mujeres de la RDA. Wander vivió en la RDA después de haber recorrido parte de Europa con su marido para contar lo que el nazismo estaba haciendo. A su marido le ofrecieron hacer un libro sobre las mujeres que vivían en este regimen político y él decidió que nadie mejor que Maxie para hacerlo.

Estas entrevistas no son al uso, no vas a leer en este libro preguntas-respuestas, Maxie Wander conversó con estas mujeres y plasmó estas conversaciones con un encanto que aunque es literaria es totalmente fiel a la realidad. Además, selecciono una amplía muestra de mujeres, desde jóvenes estudiantes hasta mujeres mayores, desde familias de alta cuna hasta modestos campesinos. Resulta interesante leer la vida de estas mujeres y ver como todas tenemos las mismas preocupaciones, la igualdad, el amor, la ambición laboral o la vida familiar. También me parece realmente interesante para ver como, en muchos aspectos de conciliación, la República Democrática Alemana estaba bastante más avanza que sociedad occidentales actuales. Lo leí mientras estuve en Berlín y justo mi hotel estaba en el lado del muro socialista, por un momento me hubiera gustado estar en esa época, sentada al lado de Maxie mientras hacía estas entrevistas.

«Yo no quiero tener hijos. Quiero viajar mucho y vivir muchas cosas. Y es que ya veo la vida que lleva mami. Hace cinco minutos aún se llenaba la boca con todo lo que iba a hacer, y en cuanto llega papa se achica. […] Yo lo que quiero es ser libre. A veces papá me da pena, cuando se pone a dar gritos absurdos. […] Mis hermanos se han ido de casa, Claudia está casada, pero aún al alcance, con lo que somos cuatro mujeres contra nuestro padre: mami, Petra, Claudia y yo. Y eso es algo totalmente nuevo para él, ¡pobre!»

Noviembre: Plath, Sylvia: Diarios completosLa verdad que este libro es imposible encerrarlo sólo un mes, llevo leyéndolo todo el año y creo que me acompañará también todo el próximo 2018. Los diarios completos de Sylvia desde 1950 hasta 1962, 12 años de la vida de esta autora. Leer los diarios de Sylvia es como hablar con una misma o como hablar con una de esas amigas con la que te entiendes a la perfección y hablas por hablar porque las dos pensáis y sentir absolutamente lo mismo.

«¿Lo entiendes? ¿Quienquiera que seas, dondequiera que estés, puedes entenderme un poco, quererme un poco? A pesar de toda mi desesperación, de todos mis ideales, de todo esto… Amo la vida. Pero es agotador, y todavía me queda mucho, muchísimo, por aprender».

Diciembre: Woolf, Virginia: Orlando. Esta novela que cuenta la vida de Orlando desde el siglo XVI hasta el XX está dedicada a la escritora e íntima amiga de Virginia, Vita. Dicen que el personaje de Orlando está inspirado en ella y algunos la describen como «la carta de amor más larga de la historia». Personalmente es una novela que me ha encantado, Orlando empieza siendo hombre y termina siendo mujer y con él (o ella) Virginia nos cuenta la ridiculez de las diferencias entre los géneros que han sido impuestas por la sociedad y cómo los hombres se han adueñado de la literatura y del resto de las artes:

«Orlando padeció un desencanto inexplicable. Todos esos años había imaginado que la literatura – sírvanle de disculpa su reclusión, su rango y su sexo – era algo libre como el viento, cálido como el fuego, velos como el rayo; algo inestable, imprescindible y abrupto, y he aquí que la literatura era un señor de edad vestido de gris hablando de duquesas».