La Línea de Fuego

Carmen de Asociación MUM: «Fueron víctimas sí, pero ahora son supervivientes»

Entramos en una cafetería tranquila de un barrio de Madrid. Carmen pide algo de beber, está exhausta. Me cuenta que viene de trabajar en la ecoaldea de la asociación.

Carmen es una de las fundadoras de la Asociación de Mujeres Unidas Contra el Maltrato (@asociacionmum). Me cuenta emocionada como entre ella, una amiga y una psicóloga pusieron en funcionamiento este proyecto allá por 2010. Hoy MUM cuenta con más de 200 voluntarias y ha ayudado a más de 2.000 mujeres.

Carmen me cuenta como decidió formar la asociación después de sobrevivir a una relación de maltrato de más de diez años. Me explica que cuando se fue de casa para buscar ayuda en el Ayuntamiento le dijeron que si no denunciaba no podrían hacer nada por ella.

Su única opción era empezar de cero. Fue ahí cuando se dio cuenta de que no quería que otras mujeres pasasen por lo que ella tuvo que pasar. Fue ahí donde surgió el primer pensamiento que tras mucho trabajo daría sus frutos en la Asociación MUM.

En esta asociación las mujeres no tienen que denunciar para recibir ayuda. Carmen me cuenta como ellas no juzgan a las mujeres, sólo con que se hayan atrevido a pedir ayuda ya es indicador de que verdad la necesitan. En MUM proporcionan a las mujeres una ayuda completa, desde acompañamiento psicológico a legal pasando por un banco de alimentos y un banco de trabajo.

Carmen me explica que para ellas, desde el momento en que una mujer les pide ayuda, pasa de ser una víctima a ser una superviviente. En MUM quieren cambiar esa imagen de las mujeres maltratadas como eternas víctimas. «Fueron víctimas sí, pero ahora son supervivientes». Un buen ejemplo de esta frase es la propia Carmen, una superviviente con fuerza suficiente para poner esta asociación en marcha.

Además, en MUM quieren también prevenir la violencia y eso solo puede hacerse formando, educando. Para ello, dan formaciones tanto a sus voluntarias como en distintos colegios. Carmen recalca la importancia de no formar solo a las criaturas sino también al profesorado y a las familias. En la Asociación MUM llevan sus formaciones hasta institutos y universidades e, incluso, a algunas empresas porque según Carmen, «sin educar no conseguiremos nada».

Carmen se alegra y emociona a partes iguales cuando me cuenta que el 90% de las mujeres que acuden a ellas no vuelven nunca con el maltratador.  Asegura que se acuerda de Sheila, la primera usuaria de la asociación. Me explica lo mucho que le agrada haber sacado algo tan bonito como esta asociación de una situación tan horrible como el maltrato que sufrió por parte de su expareja.

La Asociación MUM quiere ir más allá y por eso están trabajando en una ecoaldea. Quieren conseguir que esa ecoaldea sea un lugar en el que puedan acoger a las mujeres que soliciten su ayuda. Afirma que con el dinero que llevan invertido en ella podrían tener ya cuatro pisos tutelados. «La naturaleza te cura» me dice Carmen. Quiere que estas mujeres puedan huir de sus maltratadores y de la vida en la ciudad para irse a la naturaleza donde puedan crear cosas con sus propias manos en el huerto, tener un poco de «animaloterapia» como ella dice. Asegura que han recibido muchas ayudas económicas de empresas y donaciones de particulares para conseguir crear esta ecoaldea que abrirá dentro de poco sus puertas. Además, me cuenta que MUM ha vivido única y exclusivamente de donaciones privadas pues nunca ha recibido ningún donativo de la Administración Pública.

Me cuenta todo esto que ya hacen desde la asociación como ayudar también a las familias de las mujeres maltratadas. Pero también todo lo que quieren hacer como conseguir billetes de tren o autobús gratis para las usuarias que necesiten dejar sus ciudades.

Y así, con mil planes en la cabeza me despido de Carmen que va a reunirse con unas voluntarias de la asociación, porque tiene energía suficiente para ello, porque es una superviviente.