La Línea de Fuego

La esperanza de los clubes de lectura (feminista, pero sobre todo lectura)

En una sociedad en la que leer no está muy de moda, ha emergido una cierta contracultura literaria que se ha manifestado en la proliferación de los clubes de lectura. Y es que, ¿cómo no vamos a ser hipsters?. Si ser hipster significa leer antes a Ben Brooks, a Siri Hustvedt o a Elena Ferrante que a otros autores de más bombo comercial, yo misma me declaro hipster (sin menospreciar a nadie por sus gustos literarios, que quede claro).

Dentro de los clubes de lectura, aquellos de temática feminista destacan porque reúnen a personas que no sólo quieren comentar el libro en cuestión, sino enmarcarlo dentro del feminismo y de lo que cuestiona, y, por qué no, de paso compartir unos cuantos pensamientos y anécdotas en un ambiente feminista, de comprensión y aceptación.

Las redes sociales han sido el caldo de cultivo de estas reuniones. La actriz Emma Watson abrió en la comunidad lectora Goodreads el grupo de discusión Our Shared Shelf, un club de lectura feminista online en el que ha propuesto libros tales como Cómo ser mujer de Caitlin Moran, Mi vida en la carretera de Gloria Steinem y, más recientemente, Monólogos de la vagina de Eve Ensler. La idea surgió, según afirma en el mismo foro, de querer prepararse mejor con lecturas feministas para su labor en la ONU. Así, propone un libro al mes y los miembros lo comentan en el mismo foro, pero también da recomendaciones y se comparten ideas y entrevistas con las mismas autoras.

Algo parecido hace en España la escritora, periodista y editora andaluza Carmen G. de la Cueva, que con su club de lectura La Tribu (antes La Tribu de Frida; tuvo que abandonar el nombre por problemas con los herederos de Frida Kahlo) ha formado una comunidad de lectores de todas partes de la geografía española, tanto online como presencial. La Tribu ya tiene presencia física en siete ciudades y se reúne una vez al mes para compartir ideas sobre el libro elegido, lo cual también se hace en la plataforma Goodreads. Los dos últimos libros han sido el boom Las chicas, de Emma Cline, y Solterona, de Kate Bolick.

Si buceamos en Instagram encontraremos muchos más, que quizá no son exactamente clubes de lectura pero se le parecen bastante. La neoyorquina Sara-Jayne, desde su cuenta @bookish.harpy en esta red social (en la que se define como “Intersectional feminist, nasty woman”), se lanzó a comienzos de año un desafío personal que etiquetó como #ReadWomen2017 y que ya tiene muchos seguidores. Se propuso leer únicamente libros escritos por mujeres durante este año, sobre todo mujeres negras, en un intento de romper la hegemonía de escritores en el panorama literario. Echa un vistazo a los libros que leíste el año pasado. ¿Cuántos fueron escritos por hombres y cuántos por mujeres? Esa es la motivación de esta ferviente lectora para compartir su desafío en Instagram y recomendar obras como Todos deberíamos ser feministas de Chimamanda Ngozi Adichie y Volver de Toni Morrison.

Como ella hay unas cuantas más, como la cuenta @thereadingwomen, llevada por dos mujeres que tienen su propio podcast sobre literatura. El objetivo, como ellas dicen es por fin “reclamar la mitad de la estantería”, no porque nos la den, sino porque la merecemos. No en vano en los últimos años las mujeres son las que más leen, las que más escriben, las que más cultura consumen.