La Línea de Fuego

Del caso «Torbe» y sus implicaciones

No voy a entrar en si la chica que ha acusado al famoso productor de cine porno Torbe y a varios futbolistas de forzarla a tener relaciones sexuales miente o no; la investigación sigue su curso y todavía parece no haber nada seguro. En lo que sí voy a entrar es en el hecho de que automáticamente el tema se haya polarizado en dos extremos: por un lado, la chica es una buscadinero y ha impuesto una denuncia falsa; por otro, los acusados son culpables y merecen la lapidación.

¿De verdad es necesario ese extremismo? En un lado están los que defienden a capa y espada a los acusados e incluso insultan a la chica; en el otro los que, ya por haber sido acusados, los desprecian. Existe algo llamado investigación judicial y también presunción de inocencia. Pero ya se sabe que aquí todos tenemos que opinar sobre todo.

Sin embargo, eso no quita para que me parezca intolerable que De Gea sea portero titular de la Selección en esta Eurocopa. Hay una investigación en curso y una acusación contra él. Es lamentable que esté jugando y ganando el dinero que está ganando sin saber aún si es inocente o no lo es. Y aquellos que argumentan que es su trabajo; bien, entonces midamos a todo el mundo con el mismo rasero.

Si las acusaciones son ciertas, ¿cómo se sentirá esa chica ahora mismo? ¿Nos hemos parado de verdad a pensarlo? Si las acusaciones son ciertas, ¿somos conscientes de la valentía que ha tenido al denunciar a una estrella del fútbol, precisamente durante una Eurocopa? Claro, dirán muchos, ha elegido el momento perfecto: es cuando mayor bombo se le dará a su historia. También puede ser; no soy nadie para decir si es cierto o no. El tiempo lo dirá.

Pero, sea cual sea la resolución del caso, ha servido para darnos cuenta de algo como sociedad, algo que explicaban muy bien en esta columna de la revista Píkara: vemos legítimo que alguien como Torbe y como los futbolistas (sigo puntualizando: si es que las acusaciones son ciertas) ejerzan su poder para coaccionar a una chica, porque “ella sabía dónde se metía”, “seguro que sólo quería dinero” y otras lindezas semejantes. ¿Nos hemos parado a reflexionar lo suficiente sobre esto? ¿Es que la ceguera y las burlas continuas hacia el feminismo y hacia el uso de la palabra “heteropatriarcado” (por favor, supérenlo de una vez, abran un diccionario, un libro, lean sobre el tema; verán que no es tan descabellado) nos impide como sociedad reflexionar sobre nuestras actitudes en temas de este tipo?

Es más: ¿nos hemos parado a reflexionar sobre las consecuencias que tiene la actividad “profesional” de gente como Torbe y Santiago Segura (el perfecto ejemplo del putero casposo y desagradable, si se me permite) en la perpetuación de todos estos problemas? Me sé de memoria todos esos argumentos sobre que es humor y todo eso, pero ¿de verdad creéis que las mujeres se sienten cómodas con la imagen que se da de ellas en las películas de Torrente, por poner un ejemplo, o en el porno tradicional? Me atrevería a decir que la mayoría de nosotras no. Sumisión y eterna disposición al hombre, dejando siempre a un lado lo que quiere la mujer; eso es lo que legitiman todas esas producciones. Como dicen las chicas de Píkara: son la legitimación de que el hombre, siempre que quiere, puede. Personalmente, me inclino a creer que las acusaciones contra Torbe sí son ciertas; pero ya se verá.

Tengo muchos amigos hombres; normalmente me suelo llevar mejor con ellos y en general he tenido mucha suerte. Estoy rodeada de hombres inteligentes y sensibles, pero incluso a ellos les cuesta ver lo cansado que sigue siendo ser mujer en algunas ocasiones y las consecuencias negativas que tienen gente como Torbe en nuestra vida. Si la chica miente, habrá servido para dar la razón a los que siempre dicen “era una buscadinero” y “se lo ha buscado”. Pero, sea como sea, detrás de un caso como este hay muchas implicaciones, sobre las que deberíamos reflexionar, como individuos y como sociedad.