La Línea de Fuego

Nápoles, literatura y esencia italiana

El Rettifilo es una calle histórica del centro de Nápoles. Su nombre verdadero es Corso Umberto I y a quien haya leído La amiga estupenda, el primer volumen de la tetralogía de Elena Ferrante, le sonará. Corso Garibaldi o Via dei Mille, donde las jóvenes admiran a las señoras bien vestidas y elegantes, en contraste con el barrio pobre donde crecen, son otros de los escenarios del Nápoles de los años 50 de las aventuras de Lila y Lenù. Ferrante hace un mapa de la ciudad pero peculiar, basado en descripciones y sensaciones, más que en nombres de calles y direcciones.

Nápoles es una ciudad literaria. No en vano tiene un dialecto propio, al que Ferrante hace alusión en numerosas ocasiones. También es la más poblada del sur de Italia, la que tiene mayor tasa de desempleo y peor fama. Cuando el visitante pasea por sus calles, casi siempre sucias y con ese aire italiano de descuido, tiene la sensación de encontrarse inmerso en una novela, una historia de esas de amores, corrupción y mafia. No es una ciudad que deje indiferente, y la literatura lo sabe.

De Ferrante, de quien muy poco se sabe (su firma es un pseudónimo), se dice que, como sus protagonistas, es napolitana. De ella también dicen que es la primera autora italiana en muchos años en ser merecedora del Nobel, por su retrato de la sociedad italiana y en especial de la mujer italiana.

Si el visitante va al barrio de Scampia, al norte de la ciudad, encuentra la esencia de ese Nápoles peligroso y corrupto. Las guías no lo recomiendan. Roberto Saviano es el responsable de haberlo dado a conocer al mundo entero. Autor del célebre Gomorra, su retrato de la mafia napolitana, en especial del clan de los Casalesi, que reina desde dicho barrio, su historia personal (permanentemente amenazado por los capos, desde 2006 vive con escolta permanente) y su trayectoria como periodista hablan por él.

Más desconocido es el escritor Erri de Luca. Su historia podría ser la de un típico napolitano: fue obrero de la Fiat, albañil, interesado en política, reivindicativo… pero en 1989 publicó su primera novela, Aquí no, ahora no. Está considerado uno de los autores italianos más importantes de la historia, es escritor tardío y autodidacta, y es representativo de una literatura revolucionaria y de denuncia. Su adolescencia napolitana tiene una importante presencia en sus historias.

La ropa tendida, las escaleras desgastadas, los niños, el Vesubio a lo lejos, el bullicio en dialecto, las frutas, el mar, los tejados, los balcones, la pizza en la calle… Nápoles es para verla, pero mientras, podemos leerla.